martes, 29 de noviembre de 2011

MI MOTO NO BOTA ACEITE, MARCA SU TERRITORIO III


Hoy en el ascensor al verme con el casco en mis manos, una niña no mayor de 10 años le pregunta a su madre: Mamá ¿Es cierto que si te compras una moto es mejor comprarse el ataúd al  tiro? En el transcurso que su madre me miraba y se cohibía comencé a reflexionar sobre aquello…
La Scooter como todo, cumplió su vida útil, al tener el problema de los dedos chatos de Homero Simpson y cierta “difuminación” inherente a mi persona, mis alternativas de cambiar de moto se reducían a mega scooters, esas de 400 centímetros cúbicos o más, verán, una de las grandes diferencias entre scooters y motos son los cambios, las scooters son todas automáticas, por lo mismo son mucho más fáciles de manejar, sin embargo existían dos grandes problemas para cambiar de moto, la primera y esencial era la plata, las mega scooters que yo buscaba eran japonesas y costaban muy caras, la alternativa china sólo se presentaba en motos con cambios, así, nuevamente mi amigo motokero me dijo en un tono que no dejaba lugar a dudas de que tenía la razón: ¡No seai wn, voh tenís que andar en motos con cambios, es re fácil! ¿Se han dado cuenta que a muchas personas les llama la atención que las reten? Incluso podríamos decir que existe cierta complicidad en que aquello se produzca.
Bueno, como el wn (en el sentido amplio de la palabra) sabía, me compré una moto shina, tipo Custom o si prefiere, californiana, increíble, esta si parecía de “hombre recio, macho masculino”, eso sí, tenía la pura pinta, es decir, con 200 centímetros cúbicos era muy poco su motor, fue tanta mi efusividad que hasta fotos de ella subí a “Fotolog” (se van ubicando ya en las fechas, no?).
Les encargo las clases de manejo, no se como con mi torpeza y una excesiva falta de equilibrio no me saqué la cresta, era cosa de todos los días intentar dar una vuelta a la cuadra, cerca de dos meses con la misma cantinela, hasta que dentro de todos los consejos que escuché, tomé en cuenta el más arriesgado (no podía ser de otra manera) ¡Sal a dar una vuelta larga wn! Y como el wn es obediente, salí a dar una vuelta larga poh, no les miento, se me apagó el motor como diez veces (ven, no dije: se me paró, pa evitar suspicacias), pero la prueba de fuego, la de verdad fue ingresar y mantenerse en una rotonda, que manera de escuchar bocinazos oe, que manera de estar nervioso, sentir como pasaban las micros casi rozando, debo haber logrado un record Guinnes de más chuchadas recibidas en un menor lapso de tiempo. Al final di como cinco vueltas y no, no estaba planificado así, pero de verdad que era difícil salir de ella, con la práctica cotidiana y el tiempo todo eso fue superado y hasta me creí el cuento de ser un rebelde con desubicación social incorporada.
Ahora, hay un pequeño, muy pequeño defecto en las motos chinas, al mes de uso ya debes pensar en cambiarle repuestos, que la cadena, que el piñón, que no la fuerces porque puedes fundirla, que son de ciudad, no intentes salir de ella y varios peros más.
Sin dejar de considerar los consejos, y transcurrido un largo tiempo ya, el suscrito logró su mayor hazaña en la moto shina, ir a La Serena, llegar con el trasero cuadrado y compartir brebajes varios con su cumpa papayero, primera gran ruta, es muy difícil explicar en palabras todas las sensaciones de ese viaje. En la previa me tildaron de loco, irresponsable, chafado y todos aquellos epítetos que se le pudieran ocurrir a Ud. pero nada, nada haría que yo no hiciera esa ruta, claro, excepto la moto, pero se portó de maravillas, eso si, con otro pequeño detalle, al entrar a Santiago de vuelta de la travesía, agotado, de noche y teniendo que trabajar tempranísimo a la mañana siguiente, la niña se cansó, sep, se cansó y comenzó a dormir en la berma, por lo menos eso pensaba, estudios posteriores demostraron que en realidad murió, se fue al cielo de las motos que no discrimina por su lugar de origen.

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