martes, 29 de noviembre de 2011

AGOSTO AGOTADO



Para quienes dejamos de ser adolescentes (hace un buen rato ya) es toda una celebración el pasar Agosto, es nuestra fiesta de la primavera, por más marchita que esta pueda parecer, es una mezcla de fiesta de la vendimia con su poco de la Tirana, tirando para Tapati, pero a inicios de Septiembre; sin embargo debo destacar que no sólo por los achaques de la edad, personas como uno deben extremar precauciones en Agosto, como para que vaya comprendiendo le relataré tres sucesos agustianos que me han pasado en mi demerita vida:

Top 3: Hace tres agostos atrás ruteaba raudo por la Alameda, como a eso de las tres de la madrugada, en un estado, digamos, al borde de lo etílico, ese estado que te infunde coraje y que crees saberlas todas. La historia oficial cuenta que una “señorita” en un auto blanco, en una mala maniobra pasó a topar mi antigua moto por detrás, yo sólo recuerdo que ese topón me llevó a chocar con el bandejón central, como resultado, la moto dio tres vueltas en el aire (sep, tres!!) y yo volé a lo Superman, con el puño derecho hacia los cielos, aterrizando cual saco de papas, como resultado de este acto de remedo de súper héroe terminé con dos costillas fracturadas y la clavícula derecha quebrada en tres partes, además de la pierna derecha magullada y el brazo del mismo lado, digamos, “estropeado”; en todo caso, desde hace mucho tiempo sabía que la derecha alguna vez me pasaría la cuenta, ni les cuento el dolor, la operación y dormir como por un mes estilo silla de playa, lo mejor de todo es que llevaba una semana en mi nuevo empleo y como trabajador modelo, me fui de licencia por más de un mes de una. Nota al margen, recalco que esa es la historia “oficial”. Como comprenderán, ese Agosto terminé agotado, pero, como varios dijeron, de “milagro” vivo.

Top 2: Rememorando, hace unos diez años atrás, quise dármelas de Chef de alta cocina, con unos amigos buscamos superar records de comida cerda, en su máxima intensidad, para lograrlo comenzamos a colocar en un sartén gigante unos quince huevos, doce ajíes verdes (todos con pepas), longanizas y vienesas varias, tocino, carne molida (de dudosa procedencia), todo condimentado con pimienta blanca y negra, abundante salsa de soya y merquén ¿Han sudado con la segunda cucharada de comida? Les aseguro, sólo con la divina ayuda de los litros de cerveza que nos habíamos proveído pudimos lograr la hazaña, terminar de comer, extrañamente todos tenían un color rojizo en sus caras, no habían pasado más de dos horas cuando uno de los comensales (o sea yo) comenzó con retorcijones y dolores en su preciado estomago, claro, partir al hospital, para descubrir que tenía cálculos vesiculares y con esto recién comenzaban los problemas, a la ingesta de medicamentos tuve una tremenda reacción alérgica, manchas rojas por el cuerpo e hinchazón, que lindo que me veía oe! (les conté que soy alérgico a la Penicilina y derivados?). Una vez estabilizado decidimos (dijo la mosca arando en los cachos del buey) que lo mejor era operar, sencilla operación me comentaron, con laser y cosas por el estilo, así pues me llevaron a quirófano, mientras amigos afuera del hospital lo pasaban chancho rememorando todas mis “simpáticas” desgracias, ya en la sala de recuperación, sedado, anestesiado y demases comencé a sentir dolores intensos y a ver una luz que me seducía (naa, nunca tanto), un médico que pasó por ahí me comentó posteriormente que saltaba al estilo rana; que sorpresa la mía oe, algo había resultado mal en la operación y cual saco de papas me “echaron” en una camilla y de vuelta al quirófano; resultado de este Agosto, cicatriz en la “guata” y un órgano menos que me acompañaba, así es, la vesícula se agotó y tuvieron que extirparla, cercenarla, sacarla, como Ud. quiera llamarle, el mismo médico que me vio, me comentó a modo de secreto que estuve a minutos de morir, a raíz de una “simple” operación.

Top 1: Agosto de 2.011 Que le quede claro, siempre, pero siempre puede ser peor. Este mes tres incidentes han marcado este hermoso mes:
    a)   Me mordió un perro, con la consiguiente caída en moto (aclaraciones en: Vacaciones Soñadas); no creerán que después del accidente reseñado dejaría de andar en moto poh.
   b)  Sentí arena en mis ojos, despertaba y no querían abrir, la causa, una rebelde conjuntivitis (aclaraciones en: Amores Ocultos en Twitter).
    
   c)   Y claro, no contento con todo lo anterior sufrí un Infarto Omental, wn ¿Cuántas de las personas que ustedes conocen han tenido un infarto Omental? No es nada más ni nada menos que un infarto en la grasa que recubre el intestino (el omento poh perro, el omento). Así, esta va siendo mi tercera visita a la clínica en un mes, y como siempre recostado cual saco de papas en una camilla, eso si, para mi satisfacción alcancé a vislumbrar la cara de sorpresa de mi médico (algo que no se logra muy a menudo), imagino la cara de los dueños de mi Isapre (no creo que les caiga muy bien oe) y si esto continúa así, quizás algún día un ala de la clínica se llame Karu.

Siguiendo las recomendaciones de varios, en estos momentos estoy encerrado en mi departamento y no pretendo salir hasta que termine este mes de mierda, salir a celebrar el inicio de Septiembre con una buena cerveza, bah, no puedo, me lo prohibió el médico, bueno con una bebida light, mmhm, ahora que recuerdo también lo tengo prohibido, en fin, con un vaso de agua wn. Como ven, Agosto me agota.

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