lunes, 7 de febrero de 2011

Reencarnación de una noche de verano


Perseguir sombras ha sido una constante, el gran problema han sido las alas desechables, más allá de ese lejano horizonte que se divisa en un banco de nubes importadas encontraremos a ermitaños cuasi niños, semidioses refugiados en el secreto de confesión.


Es solo eso y nada más:

No es el olvido de un amor pasajero,
No es el sueño de un alma perdida,
No es el recuerdo de tus ojos melancólicos,
No es el llanto de un joven incomprendido,
No es la burla de una sociedad incompetente,
No es el tronar de los cañones del pasado,
No es el continuo vagar de mi mente,
No es la palabra hiriente del traidor.
Es solo una tristeza prematura,
Es solo un temor terrible a perderte,
Es solo la obligación de callar.
De no poder expresar mis sentimientos,
De no poder hablar con franqueza,
De no poder sustituir mi amor,
De no encontrar cabida en tu corazón,
De no poder tolerar tu belleza.
Es solo mi estúpida naturaleza,
Mi miedo obligado a la muerte, 
mi continuo vagar sin suerte,
Es solo eso y nada más…