domingo, 4 de marzo de 2012

MI MOTO NO BOTA ACEITE, MARCA SU TERRITORIO VI



Lo se, soy porfiado, a la china le siguió otra (remitirse a parte 3 de Mi moto no bota aceite); a esa altura y con toda la experiencia que tenía creía que era un as del volante, que nada me detendría, pero claro, siempre está el asfalto para recordarle a uno que no es de goma. Si va a conducir no beba, debo haberlo escuchado unas cientos de veces, pero llegó el momento de comprobar empíricamente aquella máxima.
        Llevaba cerca de una semana en mi nuevo empleo, es más, recuerdo que justamente eso estábamos celebrando, me pasé de copas y, créanme, no hay nada más wn q beber alcohol y conducir una moto de madrugada, la historia oficial señala que me chocaron por detrás, el asunto es que me quebré cuanto hueso se encontraba en el lado derecho de mi cuerpo con la caída, ser operado, dormir en un infierno por dos meses (en posición silla de playa apoyado a la pared), tener algunos “fierros” dentro del cuerpo que ardían, sep, ardían y tener la cara de apenas recuperado ir a hablar con mi jefe.
        Increíblemente creían que era valioso en el trabajo así que esperaron que me recuperara por completo y así, mientras pasaban los días, desaparecía el miedo, que hacer? Comprar un auto, seguir con el martirio del transantiago y el metro? No, no podía ser, no me la iba a ganar, la moto fue pérdida total, la vendí casi por chatarra. Y que tanta wea pensé (sep, me hablo a garabatos a veces) me voy a comprar otra moto! Nadie me convenció para hacerlo, nadie preguntó, me parecía lo correcto, así que nuevamente comencé a cotizar, pero esta vez salté de China a Japón, me compré una Yamaha, una Drag Star 650 Custom Black edition, la moto perfecta, no es gastadora y puedes ir a Rusia sin que se eche a perder (claro, si hacen un puente de aquí a Asia).
        Y se debe decir, después de más de treinta mil millas jamás me ha dado un problema mecánico, caídas? Varias, al ingresar a un estacionamiento a 10 kilómetros por hora (quizás menos) haciendo show frente a extraños como de costumbre, ocupando las palabras de la película Snatch era “a funny angle”, es decir, me caí de wn, un par de señoras (aka Viejas y la c….) que me chocaron y una curva con aceite, otro ítem a destacar son los perros, me han ladrado, atacado, perseguido, mordido y atravesado de frente.
        Pero más allá de todos esos incidentes lo mejor es que he recorrido casi todo Chile con ella, solo, acompañado, en caravana, de día, de noche, de madrugada, con sol, lluvia, tormentas, granizos, nieve , ha sido la compañera perfecta para cualquier aventura y con aventura no sólo me refiero a que el viento te saque del camino en el valle de Cuya, que un perro kamikaze te ataque de frente en La Serena, que te pique una abeja en Santa Cruz y tengas el brazo más hinchado de la “galáctea”, que una mina en un semáforo de Los Ángeles se suba y te diga que la lleves a su casa porque se siente sola y “necesita” compañía, que llegues a Socos con el motor apagado por quedarte sin bencina, que siete motokeros argentinos te inviten una parrillada en Osorno, que bajes una cuesta cerca de Vallenar a más de 180 kilómetros por hora y que sólo veas los gestos de un paco que te quiere parar por el espejo retrovisor, que millones de mosquitos cerca de San Felipe crean que tu casco es un excelente cementerio o que entre Antofagasta y Copiapo debas ir a máxima velocidad persiguiendo una camioneta de noche por tener el foco descentrado y no ver absolutamente nada.
        Digamos que esa es una parte de la vida de un motokero que sólo puedes lograr con una compañera perfecta, quiere comprarse una moto? No me pregunte a mi, le diré que no lo haga a menos que esté dispuesto a pasar por todo lo que se ha relatado en estos escritos de motos y viajes.

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