lunes, 4 de junio de 2012

DIARIO DE UN FRACTURADO II


El pato es tu amigo


Pato: Dícese de aquel utensilio de plástico o de metal que es utilizado por el género masculino para orinar, evitando desplazarse a un urinario empotrado.

        Este adminículo de fácil transporte y de uso masivo en hospitales y clínicas es casi desconocido para las personas que se encuentran sanas físicamente (en el tema mental no nos inmiscuiremos) y al cual no se le da la importancia necesaria, sobre todo para intentar mantener el poco de dignidad que conservan los fracturados de patas.

        Una gran variedad de autores fija la importancia del pato a la par de los medicamentos que son administrados para el dolor, otros dicen que los anteriores sólo “le dan color”. Por lo mismo y dentro de este estudio es que hemos querido rescatar diversos testimonios anónimos de la importancia que llega a tener un pato en los pacientes, sobre todo en los fracturados.

        Recomendamos que los siguientes relatos eviten ser leídos por actuales usuarios de este adminículo, de manera que no se sientan representados y sufran una gran baja en su auto estima; advertidos de lo anterior procederemos a ilustrar los comentarios surgidos a la pregunta: ¿Qué importancia ha tenido el pato en su vida?

Testimonio 1: ¿Pato? ¿Qué es eso? En el hospital con cueva nos pasan una bacinica y que además debemos compartir entre tres, viera Ud. cuando la ocupan para otras cosas (el relato no pudo continuar debido al llanto desmesurado del encuestado).

Testimonio 2: ¿Pato? Pero de que hablas, desde que me operaron la rodilla por chocar con mi Harley me han tenido con morfina y una sonda a través de la cual orino, no me imagino otra forma de lidiar con el tema de ese tipo de necesidades fisiológicas pos hombre (esperemos que aún esté con morfina cuando le saquen la sonda).

Testimonio 3: El pato no me devolvió la dignidad como Ud. cree, estoy tan mal que ni siquiera puedo usarlo solo, debe venir un enfermero o enfermera que suavemente me pone en posición y me ayuda a ejecutar el trabajo, cómo cree que se siente uno cuando al final le preguntan: ¿Se lo sacudo?

Testimonio 4: Ha sido mi gran amigo y confidente, no le cuente a nadie, pero lo traje a mi hogar, siempre está a mi lado, incluso le puse nombre, bueno en realidad el nombre no se lo puse yo, el me lo susurró…

Testimonio 5: Al principio no le tuve nada de fe, pero una vez que se adquiere la técnica para “ladearse” y dar con el ángulo en que más confianza tiene la vejiga para descargarse, funciona a las mil maravillas.

Testimonio 6: Mi experiencia con el pato no es agradable, la primera vez que lo ocupé no medí bien y me pasé, manché todas las sabanas de mi cama, llegaron las enfermeras con muecas y me tuvieron que lavar, me cargaron cual saco de papas y me lavaron… y las muecas no paraban, eso ya fue hace siete años y aún lo recuerdo con claridad, pero mi sicólogo dice que ya tengo el tema  superado…

        Como se ve, de todos estos testimonios podemos llegar a la conclusión de lo imprescindible que es este instrumento en el fracturado moderno, por lo mismo muchos fracturados repiten mentalmente: “el pato es mi amigo”.

1 comentario:

  1. Jajajjaa..... conociendo y sabiendo que tus aprehensiones son las mismas mias, me conforma saber que ese amigo pato ya lo tengo asumido. Una real ventaja, considerando que para un primerizo puede ser un drama dantesco.
    Lo mejor que puedo aconsejar es que el dia que esten en una camilla sin poder moverse, se hagan amigos al tiro' del adminiculo ( para evitar posteriores desencantos y/o gastos en el siquiatra).
    Usuarios del pato unidos, jamas seran vencidos.
    Patulecamente, te abrazo.
    Alfredo.

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