domingo, 16 de diciembre de 2012

EL OLIMPO II

Zeus


Acongojado me encuentro por estos días sin rumbo
Mi padre acecha, me rodea la codicia de éste mundo
Sólo la luz de tus ojos sobrenaturales me acoge
Sólo la odisea de encontrar tu amor vagabundo…

                                        Carta del joven Zeus a Metis
                                                                        Revus


        Entonces, Zeus se convirtió en el Tronpa, el Mandamás, el Caporal, el Condotiero, el Cacique, el Corifeo, el que la llevaba, el Jefe, el Califa, sobre todo califa del Olimpo. No, no era un Dios justo ni benévolo, más bien era llevado a sus ideas y bien oscuro, te diré.
        El asunto es que Zeus el todopoderoso necesitaba una mujer que se convirtiera en su pareja, con ese fin fue a cortejar a su hermana (estos dioses no estaban ni ahí con el parentesco) que en un principio lo rehusó, lo típico poh, estás de lo mejor intentando “engrupir” a una mina y ella sale con: “te quiero como hermano”; Zeus era de armas tomar y no iba a permitir que su hermana Hera lo rechazara, fue así que una noche convertido en un pequeño conejo fue abrazado por la susodicha, momento en que el Dios califa retomó su forma y la violó. Hera, para evitar la vergüenza y los comidillos de las vecinas sapas sin vida propia que moraban en su conventillo, decidió casarse con Zeus.
Ni te cuento la fiesta de ese matrimonio. Todos los dioses invitados, bar libre y la Sonora Olímpica tocando sin parar, fiesta sólo comparable a las que hacía el Negro Piñera en Cerro Castillo (sin VIF eso sí).
El mito señala que Zeus la pasó tan bien en su noche nupcial que la hizo durar 300 años, otros, sobre todo las malas lenguas, dicen que el Dios después de media hora en el lecho con Hera se quedó dormido por un poco más de 299 años.
De ese matrimonio nacieron Ares el Dios de la guerra, su hermana gemela Eris Diosa de la discordia, Hefesto el Dios del fuego y la forja y Hebe que era algo así como la “ayudante, junior, copera” de los demás Dioses. Es dable señalar que ciertos entendidos en la materia establecen que Hebe no era hija de Zeus, si no que fue concebida por Hera cuando esta tocó una lechuga, pa que vean el poder de una lechuga saludable; y ya que las lechugas son saludables, cuando vea una no olvide saludarla (#TengoPeores).
Pero Zeus, lejos de contentarse con su bella señora se iba de juerga y se metía con cuanta falda encontraba, de esas aventuras se tiene conocimiento que nacieron las estaciones, las tres parcas, las Carites, las tres musas de Mnemósine y muchas otras criaturas. El patrón del Olimpo no paró ahí, se metió con Maya (no la abeja ni la de Ñuñoa), hija de Atlas y de esa sacudida nació Hermes; después se arrinconó con Leto, hija de Ceo de la cual nacieron Apolo y Artemisa y a diferencia de Don Francisco, todos fueron reconocidos por Zeus.
Disfrazado de humano se metió con Sémeles, hasta que la cornuda de Hera se enteró y logró que esta no permitiera que Zeus volviera a su lecho, enojado el Dios le tiró un rayo y la mató. Lo que casi nadie sabía es que Sémeles estaba embarazada #Chan! Allí es donde entra el bueno de Hermes, que conociendo de la situación logra rescatar al seismesino del cuerpo de su madre. Un día mientras Zeus dormía una siestecita para pasar la caña, Hermes le cosió la guagua en uno de sus muslos y pasados tres meses, nace (o renace) Dionisio, el mejor de todos los Dioses.
Otra cosa es Dione, de ella estaba prendado Zeus y de su relación nació Afrodita, la más rica de todas (ese era su nombre técnico).
Sin embargo, de acuerdo a los versos encontrados del autodenominado “gran semipoeta” Revus, el gran amor del Dios Padre era la Titánide Metis, quien ayudó a un Zeus joven a escapar de su progenitor Crono que lo acechaba. El tema es que ya siendo el jefe del Olimpo, Zeus seguía flechado por Metis, la que buscaba cualquier excusa para no encamarse con el Dios, pero tanto va el cántaro al agua que en una de esas madrugadas cayó rendida a sus pies. Transcurrido un tiempo en que los tortolitos no salían de la cama, un oráculo previno a Zeus: “Por tu calentura serás condenado, si Metis concibe a un hijo varón, niñito de sexo masculino, correrás la misma suerte que tu abuelo Urano y tu padre Crono” (léase con voz de ultratumba para dar un mejor efecto). Zeus, realmente asustado, ahí mismo se comió (literalmente) a Metis.
Pasado una estación y ya superada su gran pena, comenzó a sentir los peores dolores de cabeza del mundo mundial y de la vida viviente, tan potentes que el Dios sollozaba y sufría espasmos de padre y señor nuestro. Fue en uno de esos ataques que lo encontró el buen Hermes y como hijo que era, llamó a su medio hermano Hefesto y éste con un cincel y martillo abrió el cráneo de su padre del que  salió  de manera campante, majestuosa y con armadura Athena (Atenea pa los españoles), quien posteriormente llamó a Seiya, Shiryū, Hyoga, Ikki y Shun para combatir con los Caballeros Dorados, pero esa es otra historia…

3 comentarios:

  1. Clarito..... Esta historia continuara!!. Quiero llegar pronto a la parte en donde aparecen el Capitan Planeta y el Capitan Futuro. Esa si que tendra mambo...

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  2. Impresionante este Zeus. Un patrón de fundo. La exaltación misma del Dios arquetípico, todopoderoso y castigador. Le vamos a poner un 5 por malandra jajaja

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  3. que entrete...me encanta la mitología griega...es muy didáctico tu relato!!

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